A partir desse relato, criei a seguinte seqüência:
Escena 1
Interior - Bar de snooker – noche
Un bar dedicado al snooker, donde hay muchas mesas, todas ocupadas. Quien quiere jugar debe hacer la cola. Dos amigos, Diego y Paco, esperan su turno y mientras eso toman cerveza, se ríen, miran las chicas a su al redor. El lugar está lleno de gente joven, que actúa de modo alegre y lleva poca ropa. Colgado en una pared, un calendario con la estampa de una chica de cerveza indica que es el més de agosto.
A Diego y Paco se les acercan dos chicas, Caro y Ramona, que les preguntan:
“Hola! Queréis compartir la mesa, para que juguemos todos? Llevamos mucho tiempo ya esperando, pero nadie nos hace caso porque somos chicas…”
Diego las mira un poco desconfiado, mira a Paco y los dos se giran rápidamente hacia atrás.
Diego:
“Tu que crees?
Estas dos sabrán jugar?”
Paco dibuja un cuerpo de mujer con las manos e intenta ocultar una sonrisa. Luego se pone cara de serio, y antes de hablar le guiña a Diego, que responde a las chicas:
“Si jugamos apostando, sí. A ver si sois realmente buenas, ya que no tenemos ganas de pasar la noche enseñándole snooker a nadie.”
Caro y Ramona se entremiran y empiezan a sonreír, hasta que dicen, juntas:
“Por supuesto!”
Escena 2
Interior – bar de snooker – al amanecer
Las dos parejas son los últimos en el bar. Un hombre, acercado a la barra, parece cansado y les hace una señal para que se vayan. Hay muchas botellas de cerveza bajo la mesa de snooker. Paco está dormido en una silla y Ramona, visiblemente borracha, baila sola mientras pone músicas en la jukebox.
Diego y Caro siguen jugando. Es el último partido y ellos cambian miradas intensas. Ni se enteran de los otros dos. La posición de las bolas en la mesa muestra que ya están a punto de terminar, sólo quedan la bola blanca y la negra, número ocho, dispuestas sin mucho ángulo.
Diego:
“Verdad que tú y tu amiga sabéis jugar muy bien, pero tú, sí, tienes muchas ganas de vencer…”
Caro lo mira y luego mira hacia el techo, pero le gusta el cumplido.
Diego:
“Ésta es la última jugada y te toca a ti. Si logras meter la negra, te regalo un deseo. Qué quieres?”
Caro sonríe con malicia, piensa en algo y le dice a Diego:
“Pues quiero que me regales esta bola negra, sin que el dueño del bar lo vea. Será un recuerdo de mi triunfo sobre un tipo tan presumido como tú!”
Ni siquiera le da tiempo a Diego para responder. Hace una jugada de impulso, sin calcularla mucho, y mete la ocho en el hueco. Gana el partido. El dueño del bar, apoyado en la pared al lado de la barra, ya está roncando.
Escena 3
Exterior – calle – día
Diego y Caro intentan llevar a sus respectivos compañeros por las manos, ya que van muy borrachos. Después de unos pasos, él le da a ella la bola. Diego dice a Caro, mirándola en los ojos:
“Me impresionaste mucho.”
Ramona, como que volviendo a si misma, mira a su alredor, se da cuenta de que ya es día y pregunta a todos en voz alta:
“Qué día es hoy?”
Paco:
“Domingo, el nueve, cumpleaños de mi madre.”
Interior - Bar de snooker – noche
Un bar dedicado al snooker, donde hay muchas mesas, todas ocupadas. Quien quiere jugar debe hacer la cola. Dos amigos, Diego y Paco, esperan su turno y mientras eso toman cerveza, se ríen, miran las chicas a su al redor. El lugar está lleno de gente joven, que actúa de modo alegre y lleva poca ropa. Colgado en una pared, un calendario con la estampa de una chica de cerveza indica que es el més de agosto.
A Diego y Paco se les acercan dos chicas, Caro y Ramona, que les preguntan:
“Hola! Queréis compartir la mesa, para que juguemos todos? Llevamos mucho tiempo ya esperando, pero nadie nos hace caso porque somos chicas…”
Diego las mira un poco desconfiado, mira a Paco y los dos se giran rápidamente hacia atrás.
Diego:
“Tu que crees?
Estas dos sabrán jugar?”
Paco dibuja un cuerpo de mujer con las manos e intenta ocultar una sonrisa. Luego se pone cara de serio, y antes de hablar le guiña a Diego, que responde a las chicas:
“Si jugamos apostando, sí. A ver si sois realmente buenas, ya que no tenemos ganas de pasar la noche enseñándole snooker a nadie.”
Caro y Ramona se entremiran y empiezan a sonreír, hasta que dicen, juntas:
“Por supuesto!”
Escena 2
Interior – bar de snooker – al amanecer
Las dos parejas son los últimos en el bar. Un hombre, acercado a la barra, parece cansado y les hace una señal para que se vayan. Hay muchas botellas de cerveza bajo la mesa de snooker. Paco está dormido en una silla y Ramona, visiblemente borracha, baila sola mientras pone músicas en la jukebox.
Diego y Caro siguen jugando. Es el último partido y ellos cambian miradas intensas. Ni se enteran de los otros dos. La posición de las bolas en la mesa muestra que ya están a punto de terminar, sólo quedan la bola blanca y la negra, número ocho, dispuestas sin mucho ángulo.
Diego:
“Verdad que tú y tu amiga sabéis jugar muy bien, pero tú, sí, tienes muchas ganas de vencer…”
Caro lo mira y luego mira hacia el techo, pero le gusta el cumplido.
Diego:
“Ésta es la última jugada y te toca a ti. Si logras meter la negra, te regalo un deseo. Qué quieres?”
Caro sonríe con malicia, piensa en algo y le dice a Diego:
“Pues quiero que me regales esta bola negra, sin que el dueño del bar lo vea. Será un recuerdo de mi triunfo sobre un tipo tan presumido como tú!”
Ni siquiera le da tiempo a Diego para responder. Hace una jugada de impulso, sin calcularla mucho, y mete la ocho en el hueco. Gana el partido. El dueño del bar, apoyado en la pared al lado de la barra, ya está roncando.
Escena 3
Exterior – calle – día
Diego y Caro intentan llevar a sus respectivos compañeros por las manos, ya que van muy borrachos. Después de unos pasos, él le da a ella la bola. Diego dice a Caro, mirándola en los ojos:
“Me impresionaste mucho.”
Ramona, como que volviendo a si misma, mira a su alredor, se da cuenta de que ya es día y pregunta a todos en voz alta:
“Qué día es hoy?”
Paco:
“Domingo, el nueve, cumpleaños de mi madre.”
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